
Virginia Adán Ibáñez
Nace en la provincia de Valencia el 21 de enero de 1994. Actualmente
con 26 años, enfermera de vocación, es una persona diagnosticada de
TLP y ha querido reivindicar en su obra “aprender a amar mi cerebro”,
las dificultades a las que se enfrenta en el día a día.
Siempre se ha sentido diferente al resto de la gente, como que no
encajaba, y nunca supo el porqué. Iba de psicólogo en psicólogo y
ninguno acertaba en su diagnóstico.
Por fin, más entrada en su adolescencia, tras un intento autolítico, se lo
diagnosticaron, y a raíz de ahí, a ido madurando y adaptándose a una
sociedad donde todavía, según ella dice, no hay una consciencia social.
Se define como una persona, con pasión por lo que lucha, trabajadora,
constante, pero lo que más le cuesta es el entorno social.
Tiene miedo a relacionarse con las personas, miedo a no encajar, y a ser
juzgada, pero es consciente que todo está relacionado con el trastorno.
“Cuando uno tiene vocación y ganas de cambiar, es lo más importante,
ahí está el verdadero comienzo de un largo camino, pero la recompensa
en muy gratificante”. Dice ella.